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Rocío Ruiz Rosales es docente de preescolar en la escuela Otto Hubbe, ubicada en la Uruca, donde atiende a 24 niños en edades entre los 5 y 6 años, provenientes en su mayoría de la ciudadela La Carpio.
Esto la motivó a buscar una forma de enseñar a sus estudiantes y padres de familia a reutilizar, reciclar, recuperar y repensar en los desechos, dado que dentro de la comunidad existe una planta de tratamiento de basura y relleno sanitario.
La idea empezó con la recolección de tapas de botellas que encontraran en la comunidad, luego debían llevarlas a la escuela y con ayuda de un padre de familia que es tatuador, dibujaron en una pared lo que sería un espacio inspirador.
Este grupo involucró a los estudiantes y sus familiares; así como conserjes y docentes. El mural representa la belleza de la naturaleza con materiales que hoy deterioran el ambiente.
Además, pegar las tapitas tuvo todo un proceso de prueba y error hasta que descubrieron que con cemento se mantenían firmes. Otra funcionalidad del mural es que eliminó la humedad de la pared y el área se ve más hermosa.
Esta activa docente de preescolar comenta que la idea se ha convertido en un hábito para las familias y la expectativa de ella es que La Carpio se transforme en un espacio con calles transitables y áreas armoniosas.
La aventura de recolección de tapitas continuará para pintar más murales a favor de la felicidad y de la protección del medio ambiente.